Por Diana Saavedra
Cd.
de México
[16/08/15]
Las cavidades representaban para los antiguos mayas
el origen de la vida y la muerte. Aun así, los antropólogos y geofísicos que
estudiaban la Pirámide de Kukulkán se sorprendieron al encontrar un cenote bajo
la estructura más importante de Chichén Itzá.
Originalmente, los
especialistas liderados por René Chávez, Andrés Tejero, Gerardo Cifuentes y Denisse Argote buscaban
aclarar si bajo ella existía una serie de túneles o cámaras
Sin
embargo, lo que encontraron fue un cuerpo de agua de aproximadamente 20 metros
de profundidad y de entre 30 y 35 metros en su punto más ancho, revelaron los
investigadores de la UNAM y el INAH en conferencia de prensa.
La
historia comenzó en 1997, cuando un equipo de arqueólogos de la UNAM y
universidades de Estados Unidos realizaron un estudio similar en la estructura,
también llamada El Castillo, con un equipo de radar, explicó Chávez.
"En
el caso de la Pirámide de Kukulkán hay una entrada, pero está enfocada a la
segunda etapa de construcción; es donde está el famoso jaguar de color verde
que servía de trono del Emperador", aclaró Chávez.
Ellos encontraron que
bajo la pirámide había ciertos "vacíos" que fueron atribuidos a
trincheras o túneles, y, aunque había disposición para continuar, la falta de
recursos limitó la exploración, comentó el investigador del Instituto de
Geofísica de la UNAM.
Casi 20 años después,
el equipo de Chávez decidió retomar el proyecto y colocar alrededor de la
pirámide una serie de 96 electrodos por los cuales se hizo pasar corriente.
La electricidad fluye a través del subsuelo y, cuando encuentra un lugar vacío, se detiene, pues no puede correr a través del aire; si hay rocas, existe una cierta resistencia a su paso, pero ante cuerpos de agua corre fácilmente.
La electricidad fluye a través del subsuelo y, cuando encuentra un lugar vacío, se detiene, pues no puede correr a través del aire; si hay rocas, existe una cierta resistencia a su paso, pero ante cuerpos de agua corre fácilmente.
Esta información
permitió a los investigadores elaborar un mapa subterráneo de la zona, con el
cual se dieron cuenta de la existencia del cenote.
"No sólo los
cenotes sino las cavidades siempre han tenido un gran concepto dentro de la
cosmogonía mesoamericana, pues se les considera el origen de la vida, similar a
la matriz, además de ser un vínculo con la muerte o el fin de nuestros días,
así que tenía un significado dual muy importante", explicó.
Si bien ahora la labor
de los arqueólogos es descubrir si los mayas tenían conciencia de la existencia
de este cuerpo de agua, los primeros indicios les hacen suponer que tal vez
habría alguna especie de acceso al cenote.
"En el caso de la
Pirámide de Kukulkán hay una entrada, pero está enfocada a la segunda etapa de
construcción; es donde está el famoso jaguar de color verde que servía de trono
del Emperador", aclaró Chávez.
Si en un principio
hubo un acceso a este cenote, pudo ser en alguna de las primeras construcciones
de la estructura, aclaró Argote, por lo que es esencial que continúe el estudio
para revisar, mediante la misma técnica, la construcción de la pirámide como
tal.
"Una serie de
modelaciones matemáticas parecen indicar que por debajo de la subestructura, en
el lado suroeste, pudiera existir algún acceso. Es algo que aún está por
comprobarse, pues es necesario realizar excavaciones o exploraciones en la zona
para saberlo con seguridad", señaló la investigadora del INAH.
Tejero precisó que, por
su naturaleza, los cenotes de la zona suelen colapsar ante la disminución del
agua, pero en este caso pasarán siglos antes de que esto suceda, pues el cenote
tiene un buen techo y aun cuando se desconocen las características específicas
del cuerpo de agua, será necesario realizar más estudios en la zona para
conocer mejor sus características.
La segunda etapa de exploración para los geofísicos iniciará en el mes de octubre, para lo cual la UNAM les ha otorgado 180 mil pesos para revisar la parte interna de la estructura, aunque requieren al menos 100 mil pesos más para profundizar en los estudios.
La segunda etapa de exploración para los geofísicos iniciará en el mes de octubre, para lo cual la UNAM les ha otorgado 180 mil pesos para revisar la parte interna de la estructura, aunque requieren al menos 100 mil pesos más para profundizar en los estudios.
Los solicitan en otros estados
El mapeo con electrodos es una técnica que ya ha
sido probada para estudiar la Pirámide de Pañhú, en Hidalgo, donde se encontró
que los constructores originales colocaron material de relleno para nivelar el
suelo, pero, con el tiempo, éste se fragmentó.
Los investigadores han
recibido solicitudes de autoridades para realizar un estudio similar en
Michoacán y en Oaxaca; sin embargo, faltan los recursos económicos para
hacerlo.
Fuente reforma
0 comentarios:
Publicar un comentario